Cuando algún oyente me llama a la radio donde trabajo en la ciudad de Bahía Blanca para pedirme información sobre el Centro Terapéutico Máximo Ravenna suelo ofrecerme para acompañarlos en una especie de “tour de presentación”. Esto lo hago en virtud de saber a ciencia cierta lo que siente una persona excedida de peso toda vez que se acerca a un lugar donde pueden ayudarla a lograr su anhelada delgadez, con el enorme bagaje de sentimientos encontrados (ilusiones, temores, escepticismo) que esto conlleva.
Para los que comenzamos el tratamiento en Buenos Aires, llegar desde una ciudad mediana al “monstruo” de Capital presupone una doble tensión, ya que no solo estaremos acudiendo al posible sitio donde nuestros problemas por fin serán resueltos sino que nos encontraremos “solos y a dieta” en una urbe que por momentos parecerá devorarnos. Para mitigar la angustia, bajar los niveles de ansiedad y comenzar a transitar este camino único y esperanzador está Analia Vázquez. Ella es la dueña de las voluntades de aquellos que llegamos prácticamente desahuciados a Zapata 131. Puede decirse que es la primera “azafata”, la que nos espera cuando subimos a este avión imaginario y con firmeza y cordialidad nos da el instructivo del viaje que estamos a punto de realizar. Es la cara amiga para los que somos del interior y no queremos perder nuestra identidad en medio de tanta gente. Es la que nos llama todos los meses para saber como estamos. Es la que en los almuerzos y las cenas del VALE CLAVE se pasea por las mesas preguntando cómo nos sentimos brindándonos todo su apoyo. Es también la misma que el domingo a la noche, finalizado el encuentro, se queda en la puerta de la clínica esperando que llegue un taxi para que el último de los pacientes pueda retirarse sin inconvenientes.
En mi caso particular, el primer llamado de Analia fue recibido por mi mamá quien quedó absolutamente maravillada con el interés que había percibido en el diálogo. Estaba claro que no se trataba de un mero seguimiento tendiente a registrar el peso y conservar al paciente. Era mucho más. Las preguntas tenían que ver con mi estado de ánimo, con cuestiones puntuales relativas a la dieta, con sentimientos, sensaciones e infinidad de temas que las llevaron a hablar de mí durante 15 minutos. Si bien supe que la clínica del Dr. Ravenna era “mi lugar” desde un primer momento, tengo que reconocer que la omnipresencia de Analia es la que terminó de convencerme. Con ella me sentí acompañada, comprendida, contenida y “controlada” a 800 kilómetros de distancia.
Entonces, para los pacientes del interior, los pilares del tratamiento son CORTE, MEDIDA, DISTANCIA Y LA VOZ DE ANALIA VAZQUEZ en el teléfono una vez cada tanto!. Por su dedicación, por su calidad humana y por su mano firme siempre extendida un gracias enorme para esta infatigable trabajadora de la salud y también del afecto!
Te quiero mucho Analia!. Sos una ídola total!!!!!
Para los que comenzamos el tratamiento en Buenos Aires, llegar desde una ciudad mediana al “monstruo” de Capital presupone una doble tensión, ya que no solo estaremos acudiendo al posible sitio donde nuestros problemas por fin serán resueltos sino que nos encontraremos “solos y a dieta” en una urbe que por momentos parecerá devorarnos. Para mitigar la angustia, bajar los niveles de ansiedad y comenzar a transitar este camino único y esperanzador está Analia Vázquez. Ella es la dueña de las voluntades de aquellos que llegamos prácticamente desahuciados a Zapata 131. Puede decirse que es la primera “azafata”, la que nos espera cuando subimos a este avión imaginario y con firmeza y cordialidad nos da el instructivo del viaje que estamos a punto de realizar. Es la cara amiga para los que somos del interior y no queremos perder nuestra identidad en medio de tanta gente. Es la que nos llama todos los meses para saber como estamos. Es la que en los almuerzos y las cenas del VALE CLAVE se pasea por las mesas preguntando cómo nos sentimos brindándonos todo su apoyo. Es también la misma que el domingo a la noche, finalizado el encuentro, se queda en la puerta de la clínica esperando que llegue un taxi para que el último de los pacientes pueda retirarse sin inconvenientes.
En mi caso particular, el primer llamado de Analia fue recibido por mi mamá quien quedó absolutamente maravillada con el interés que había percibido en el diálogo. Estaba claro que no se trataba de un mero seguimiento tendiente a registrar el peso y conservar al paciente. Era mucho más. Las preguntas tenían que ver con mi estado de ánimo, con cuestiones puntuales relativas a la dieta, con sentimientos, sensaciones e infinidad de temas que las llevaron a hablar de mí durante 15 minutos. Si bien supe que la clínica del Dr. Ravenna era “mi lugar” desde un primer momento, tengo que reconocer que la omnipresencia de Analia es la que terminó de convencerme. Con ella me sentí acompañada, comprendida, contenida y “controlada” a 800 kilómetros de distancia.
Entonces, para los pacientes del interior, los pilares del tratamiento son CORTE, MEDIDA, DISTANCIA Y LA VOZ DE ANALIA VAZQUEZ en el teléfono una vez cada tanto!. Por su dedicación, por su calidad humana y por su mano firme siempre extendida un gracias enorme para esta infatigable trabajadora de la salud y también del afecto!
Te quiero mucho Analia!. Sos una ídola total!!!!!